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Cuarenta estudiantes de Europa y América participaron en el Campus Oceántica13

 


Cuarenta chavales y chavalas de Galicia, Alicante, Alcalá de Henares, Portugal, México, Argentina y Polonia integraron el Campus Juvenil Internacional Oceántica13 organizado por el Campus del Mar en el Campamento Juvenil da Devesa, en Ribadeo (Lugo). Fueron los ganadores del I Concurso del Congreso Juvenil Internacional virtual Oceántica 2013, que participaron con trabajos multimedia de sensibilización sobre la sostenibilidad del medio marino y cambio climático. El campus implicó a estos premiados en otros dos importantes desafíos, esta vez desarrollando su capacidad de trabajo en equipos de trabajo y en gran grupo: crear vídeos de 5 minutos con propuestas para un futuro sostenible de la costa gallega y asturiana, para lo cual trabajaron en grupos de seis; y montar un número musical de temática marina que interpretaron el sábado en el Teatro de Ribadeo ante el público general.

En la primera jornada del Campus, los alumnos tuvieron por la tarde su primer contacto con la interpretación. De la mano de Antón Coucheiro, guionista y director de escena, realizaron ejercicios de interpretación libre, creación de personajes, dramatización e improvisación, de la que salieron personajes tan dispares como el loro "cocorico", el payaso "tiquitisplín", el cangrejo sin nombre, la sirena mar, la abogada "Dominga" o la gitana "Shakira". Y tras esta primera aula de teatro, llegó el primer contacto con la costa lucense. Todo el grupo bajó hasta la playa de las Catedrales para hacer actividades de ocio y tiempo libre. Después de la cena, se celebró la primera reunión para la creación del número musical. Los chavales se reunieron nuevamente con Antón Coucheiro y José Rodríguez, profesor de la Escuela de Altos Estudios Musicales de A Coruña, para trabajar en la preparación del número musical, definir el guión, las coreografías y las dramatizaciones.



Las actividades del segundo día se desarrollaron en Burela por la mañana y en Ribadeo por la tarde. La jornada empezó en el puerto de Burela, donde Pablo Villapol, cronista del diario Él Progreso, les habló del pasado y presente de la Marina lucense y, en especial, de los puertos de Burela y Ribadeo. Villapol les explicó, entre otras cosas, que Ribadeo y Burela son dos pueblos sociologicamente muy distintos. Ribadeo tuvo un importante pasado como puerto pesquero y comercial, y el tráfico marítimo generó mucha riqueza, hasta el punto de llegar a contar con tres bancos propios. No obstante, a día de hoy, la pesca prácticamente desapareció y el tráfico de mercancías es muy limitado. El presente y futuro es el puerto deportivo, el más importante entre A Coruña y Oviedo. Por el contrario, Burela es un pueblo de reciente creación, que creció fundamentalmente en torno a la pesca del bonito. La infraestructura pesquera con la que cuenta esta villa es muy importante y su puerto de pesca es uno de los más relevantes de Europa.

Después de esta charla, los estudiantes de Oceántica pudieron visitar el barco bonitero Reina del Carmen en el mismo puerto de Burela. Allí, el señor Balbino, pescador durante 30 años y promotor de este barco museo, les explicó el funcionamiento de diferentes aparatos y les habló de la evolución de los métodos de pesca, relacionando su evolución con un incremento del impacto ecológico sobre los ecosistemas oceánicos. También se refirió a la vinculación de Burela con la pesquería del bonito, su desarrollo a partir de la década de los sesenta, impulsada por la promoción del recurso debido a la instauración de la fiesta del bonito. Vinculó esta expansión con el desarrollo del pueblo y la atracción de inmigrantes. Asimismo, hizo mención a que cada vez es necesario pescar el bonito del norte a más distancia de la costa.

A continuación participaron en los talleres "Sumérgete en el Océano" que el Campus del Mar organiza en diferentes localidades de Galicia para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de la conservación del medio marino. Aprovechando que ese día se celebraba en Burela, los cuarenta alumnos del Campus Oceántica se desplazaron hasta la villa para realizar los talleres y ejercer después de divulgadores hacia el público. Ya en los puestos de Sumérgete en el Océano, los cuarenta participantes se distribuyeron en grupos de seis para recibir formación directamente de los divulgadores del Campus del Mar, que los asesoraron sobre las corrientes marinas, los animales que hay en el agua, los otólitos (que indican, entre otras cosas, la edad de los pescados), las zonas de pesca y la flota pesquera española, la talla mínima de los pescados, la importancia de las dunas, la acidificación del océano o la gestión integral de la zona costera. Una vez formados, los chavales cogieron el control de los puestos y, por parejas, fueron los encargados de impartir los talleres y explicar toda la información al público que visitó Sumérgete en el  Océano.

Por la tarde, después de un pícnic en el Mirador de Monte Castelo (Burela) y de un paseo por la playa de Arealonga, se reunieron en Ribadeo con Jaime Cabeza, catedrático de derecho laboral de la Universidad de Vigo, que les habló sobre las condiciones laborales de los pescadores. Según les explicó, controlar e inspeccionar el trabajo en el mar es muy difícil, por lo que tradicionalmente se realizaron prácticas excesivas, con jornadas de trabajo muy largas, condiciones peligrosas y salarios bajos. A esto contribuye también que los armadores abanderen sus barcos en países con condiciones laborales muy precarias, que se aplican a todos los que trabajen en la nave.



El tercer día se dedicó al litoral asturiano. Allí el catedrático de Ecología Emilio Fernández Suárez, el director del Campus del Mar, dirigió una serie de actividades sobre Ecología litoral e intermareal. El catedrático de la Universidad de Vigo llevó los participantes de Oceántica hasta la playa de Frexulfe, en el ayuntamiento asturiano de Navia para trabajar en un arenal que está declarado Monumento natural y que cuenta con un importante ecosistema. Allí, los chavales tuvieron ocasión de ver de cerca los estratos que forman las rocas, así como las especies animales y vegetales que hay en los sistemas intermareales (zonas que son mitad marinas y mitad terrestres). Divididos en grupos de trabajo, observaron y analizaron la naturaleza desde el punto de vista de un ecólogo. Para eso, previamente, el profesor Fernández les formuló preguntas que deberían responder con la observación en grupos de 6 miembros. También les pidió que durante las observaciones se hicieran nuevas preguntas.

Una vez concluido los 45 minutos de observación, procedió a hacer una puesta en común de las respuestas allegadas por los diferentes grupos. El objetivo de la actividad era reflexionar sobre los valores ecológicos de los ecosistemas de las playas, en contextos como puede ser el de la toma de decisiones científicas relativas a la protección de ecosistemas, aplicando en el concepto de servicio ecológico. Para eso insistió en la diferencia de valor y precio, y puso el ejemplo de una especie invasora presente en ese ecosistema, para referirse a la necesidad de eliminarlas, si no tienen interés, o bien, si son útiles, tomar decisiones de mantenerlas aisladas y controladas para que no afecten a la dinámica de los ecosistemas. Aprovechó la puesta en común sobre las respuestas a las preguntas previas a la observación, para evidenciar diferentes servicios ecológicos de la playa, como el papel de depuración del agua dulce del río, justificar, sobre la base de los diversos servicios analizados, la necesidad de su protección. En la puesta en común también contestó la nuevas preguntas que se formularon los alumnos durante sus observaciones, como fue el caso del motivo de por que había muchos mejillones en las rocas que percebes. A esa pregunta en concreto les respondió que el mejillón se reproduce más rápido y tiende a colonizar las rocas, eliminando así superficie de colonización de las rocas. Concluyó con su respuesta, en las zonas en las que hay mucho mejillón es muy difícil encontrar otras especies fijadas en la roca, como puede ser el caso del percebe.

Después de las actividades de Frexulfe y de una comida pícnic en el pueblo Puente de Vega, por la tarde visitaron la villa de Luarca y el Centro del Calamar Gigante, donde pudieron ver varios ejemplares de este cefalópodo y donde el director, Luis Laria, les habló de sus características. Les contó, por ejemplo, que son los animales con el ojo más grande, de incluso 12 centímetros de diámetro; o que su cerebro es como un donuts, con un perforado en medio por el que pasan el esófago y los alimentos. A continuación los expuso, en la zona dedicada a la pesca de la ballena, la importancia histórica de este recurso en Luarca, su pesca, y la extinción de la especie cantábrica, con el objetivo de reflexionar sobre la sostenibilidad de los recursos pesqueros.

En el mismo museo, asistieron también a la charla de Juan Antonio Martín Losada, cronista oficial de Luarca, que les habló del pasado y presente de esta villa asturiana. Según les explicó, la referencia histórica más antigua de Luarca es del siglo X y la población fue creciendo en torno a puerto y a los barrios pescadores. Martín Losada les contó también que en la historia de Luarca hubo varios hitos muy importantes: la concesión del foro en el siglo XIII, que deriva en la creación de un puerto de ballenas y en la creación de una industria de construcción de barcos; y el privilegio del alfolí, el almacén de sal, que se le concedió en el siglo siguiente y que dio lugar a un importante movimiento de importación y exportación. En el que respeta a la pesca, la época de mayor esplendor fue en los siglos XV y XVI, con la pesca de la ballena. A partir del siglo XVII hubo un importante retroceso económico y comenzó la emigración hacia América. Hoy en día, según les explicó, Luarca es una villa de servicios que depende mucho del turismo, y donde la pesca es algo ya residual.

Para finalizar la jornada en Luarca, los chavales y chavalas del Campus hicieron una visita al Parque de la Vida. Este espacio es un referente en actividades de divulgación científica. Se trata de un recorrido de dos kilómetros entre arbolada autóctona, en el que se explica además como se creó a Terra, la vida y como evolucionaron la geología y las especies. En este recorrido se centró en dos purEsta visita también fue conducida por Luis Laria, quien dirige también este centro de divulgación científica y ambiental. Además, cuentan con un centro de recuperación de animales exóticos en los que los alumnos de Oceántica pudieron tocar en vivo y en directo varios ejemplares de serpientes, entre ellas un Pitón. Remataron la visita con una sesión en el planetario del Parque, donde les explicaron la situación de las estrellas y constelaciones.



En el cuarto día se cerró el programa de las actividades de recopilación de datos para el desarrollo de proyectos. Consiguió un itinerario geológico por la famosa playa de las Catedrales. Los participantes estuvieron acompañados por la experta en oceanografía geológica Sandra Mosquera, que les enseñó las distintas partes de esta Reserva de la Biosfera. Según les explicó, el nombre original de la playa era Agusantas, pero las impresionantes formas que se fueron creando en los acantilados remataron por darle la denominación con la que este espacio es internacionalmente conocido. Esta playa, declarada Monumento Natural, cuenta con distintas formaciones en la roca, todas ellas provocadas por la erosión. En el primero tramo hay fundamentalmente cuevas, pero la medida que se avanza por el arenal, empiezan a aparecer furnas, bufadoiros (que son cuevas sin una parte de techo) y arcobotantes, los arcos de una piedra que forman la imagen más típica de esta playa. Sandra Mosquera también les habló de toda la biología marina que se puede encontrar en las rocas de las Catedrales: anémonas, mejillones, percebes o lapas, entre otras; y les contó la leyenda de la sirena que encerraron en uno de los arcos de la playa para que dejara de seducir los pescadores con sus cánticos.

La tarde de esta penúltima jornada del Campus estuvo dedicada al trabajo en los proyectos de grupo y al ensayo del musical que interpretaron al día siguiente en el Teatro de Ribadeo. Para finalizar el día, pudieron pasar unas horas practicando diversos deportes náuticos en Ribadeo. Tutorizados por el monitores del Club Náutico, recorrieron la franja de ría que separa Ribadeo de la localidad asturiana de Figueras en kayak, zodiac y vela ligera. Ya de vuelta en el Campamento de la Devesa, celebraron la fiesta de fin de Campus con la presencia nuevamente del guionista y director de escena Antón Coucheiro, que les propuso diversas actividades de animación.



La mañana de la última jornada del Campus estuvo dedicada al ensayo general del musical y a la finalización de los venidlos. Los chavales trabajaron en equipos para compilar todo el aprendido durante el Campus en piezas audiovisuales de unos 5 minutos de duración. Los grupos estaban formados por seis o siete componentes de edades y nacionalidades diferentes para potenciar la diversidad y favorecer el trabajo interxeracional e intercultural.

Los resultados pudieron verse por la tarde en el Teatro de Ribadeo, seis venidlos con un alto componente de creatividad y un mensaje muy claro: la necesidad de cuidar el medio marino y realizar prácticas sostenibles que ayuden a la conservación de las especies. Tras la proyección de los venidlos, comenzó el musical, ideado e interpretado por los propios participantes del Campus, bajo la dirección del guionista y director de escena Antón Coucheiro y del profesor de la Escuela de Altos Estudios Musicales de A Coruña, José Rodríguez.

El musical ?El océano en cinco notas" puso el punto final a la primera edición del Campus Internacional Juvenil Oceántica. Todos los alumnos participaron en esta última representación, que se celebró en el Teatro de Ribadeo y en la que también se proyectaron los trabajos audiovisuales realizados con la información recopilada durante estos cinco días. El espectáculo, conducido por Antón Coucheiro, contaba la historia de un viaje por el fondo del mar en un submarino amarillo. María, la protagonista, iba encontrando todo tipo de especies marinas pero también restos de la contaminación que está generando el ser humano con sus residuos. El musical finalizó con una canción interpretada por todo el equipo de Oceántica 2013 y, nuevamente, con un mensaje de concienciación para que la sociedad en general cuide de los océanos.

Las impresiones de todas las partes implicadas en este Campus Oceántica 2013 son muy positivas, sorprendiendo la capacidad de los alumnos para absorber la información, procesarla y transmitirla en un espacio de tiempo tan corto. En las encuestas de satisfacción realizadas, los alumnos destacaban la grande experiencia que supuso para ellos compartir estos días con chavales de otras nacionalidades, así como todos los conocimientos que pudieron adquirir con las charlas y visitas realizadas, y el gratificante que les resultó participar en la creación de los venidlos y del musical. Los profesores que acudieron acompañando a los alumnos extranjeros y de fuera de Galicia también valoraron muy positivamente el Campus y aseguraron que Oceántica es un grande apoyo para las enseñanzas ambientales en el aula.


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