Desde este marco de estudio de las representaciones sociales del cambio climático, analizó las estrategias que usan los negacionistas para rechazar el cambio climático. También hizo reflexiones sobre el uso de las representaciones sociales del cambio climático para, sin negar el reto, llevarlo al olvido.
Entre las justificaciones que uso para llegar a esta conclusión, hizo referencia al uso del lenguaje de la incertidumbre y del riesgo, que son propias del ciencia del cambio climático, pero que en el lenguaje común, incertidumbre es sinónimo de no cierto, el lenguaje común del riesgo supone que las decisiones deben aplazarse hasta que se logre la certeza absoluta.
Frente a este uso de las representaciones sociales para negar u ocultar el reto del cambio climático, destacó la necesidad de generar respuestas educativas que hagan que la ciudadanía valore la relevancia del cambio climático (situarlo en la agenda pública), lo haga significativo y perciba lana urgencia de actuar (valoración de la amenaza)... sin generar sobre-determinación. También destacó la importancia de la conexión significativa de la ciudadanía con el cambio climático para que identifique y asuma responsabilidades en las causas y en las soluciones, que no se vea sólo como víctima (con el-responsabilizar, empoderar, contextualizar).