En su intervención abordó la relevancia que tuvo el ambiente para seleccionar mutaciones del DNA, desde lo principio de la vida, hace 3.770 millones de años. En relación a la especie humana destacó la importancia del DNA mitocondrial para establecer nuestra evolución, permitiendo saber que aparecemos como especie hace 150.000 años, y conocer cómo nos distribuimos, situando con claridad refugio glaciar franco atlántico. Destacó como otra de las claves para los estudios de la variabilidad el complejo MHC de los linfocitos.
En relación a variabilidad genética de la especie humana, destacó ámbitos estratégicos para su estudio como el ADN mitocondrial y el complejo MHC de los linfocitos. Sobre el papel del ambiente en la variabilidad de nuestra especie, explicó la relevancia del ambiente en la selección de variedades, según el ambiente, entrando en lo relativo que resulta el concepto de enfermedad, poniendo como ejemplo que la anemia falciforme, una enfermedad en nuestro entorno deber a una mutación que afecta a la forma de los glóbulos rojos, en las regiones de malaria, significa una ventaja frente al protozoo.
Con respecto a la influencia ambiental de determinadas enfermedades, destacó sobre todo los cánceres, y en las que tiene mayor relevancia los genes, destacó las enfermedades mentales, situando la esquizofrenia en el ámbito de las enfermedades autoinmunes y el autismo como una enfermedad muy genética, encontrándose en un 40% en un gen que falla.
Finalizó su intervención situándose en el ámbito de la Epigenética, al referirse a cómo el ambiente afecta al DNA. Se refirió a estudios como es el caso de la influencia de la diferencia de hábitos en gemelos idénticos. También se refirió a la investigación epigenéticas con ratones, en concreto en uno en el que cambios en el flora microbiana intestinal indujeron cambios fenotípicos relevantes.