Este vídeo publicado en Climántica TV recoge la intervención del catedrático de Ecología Emilio Fernández en el Simposio “El cambio en el océano”. En esta intervención aportó un análisis del reto del cambio desde la Ecología, pero abordada desde las fronteras con la Ecología social y humana. Con este enfoque buscó la conexión con el análisis de la Economía que abordaría a continuación el catedrático de Economía Aplicada Fernando González Laxe.
Por eso el profesor Fernando Suárez partió en el análisis del problema desde el análisis de la Ecología de poblaciones analizando la gráfica del crecimiento de la población humana como se analiza en Ecología el crecimiento de una población en un ecosistema.
En ese análisis concluyó que en Ecología solo crecen así las plagas, para referirse a que en Ecología las poblaciones sólo crecen de forma exponencial cuando no hay limitación de recursos, y por eso ese crecimiento no puede mantenerse en el tiempo, o lo que es lo mismo, las poblaciones no pueden crecer infinitamente como lo hacen las funciones exponenciales. Ilustró la situación exponencial del crecimiento con la población con tres datos de población, la que había en el Descubrimiento de América, que se calculaba con quinientos millones de habitantes, otro dato que señaló fue la población de dos mil trescientos millones había en la Segunda guerra mundial hasta los actuales siete mil cien millones.
Para centrar más la argumentación de que el modelo que estamos siguiendo es un modelo que la Ecología no puede defender, se situó también en el crecimiento que se experimenta en el consumo per cápita. Este crecimiento también sigue el modelo exponencial, porque optamos por tecnologías de menor eficiencia, de más potencia energética e impacto ambiental; actuando con hábitos de consumo sin límites.
En base a estas dos tendencias de aumento de población exponencial de la población y del consumo per cápita justificó que la etapa actual esté llevando al Planeta a cambios en tiempos históricos como los alcanzados en los tiempos de escala geológica, motivo por lo que los geólogos denominan Antropoceno. Para reforzar esta conclusión, comparó diferentes gráficas del crecimiento de varios indicadores de consumo como PIB mundial, nº de embalses, vehículos a motor…, encontrando en todos los casos el mismo aumento exponencial que estaba siguiendo la población.
Entre estos indicadores se paró a continuación en los impactos que están teniendo en el cambio global en el océano, para llevar el análisis hacia los objetivos del simposio. En concreto se centró en el aumento exponencial de fertilizantes que está provocando la muerte por anoxia en grandes superficies oceánicas, y el aumento exponencial de emisiones de dióxido de carbono que sitúa al océano en el reto del cambio climático y en su acidificación.
En relación al uso de fertilizantes recordó que Fritz Haber y Carl Bosch desarrollaron el Proceso de Haber - Bosch, que es la síntesis catalítica del amoniaco a partir del dihidrógeno y el dinitrógeno atmosférico en condiciones de alta temperatura y presión. Esto permitió incorporar nitrógeno atmosférico a los vegetales a una velocidad muy elevada, lo que en la actualidad está llevando a un cambio global oceánico, extendiendo el problema de eutrofización que generó primeramente en las aguas continentales y que posteriormente llegó a las desembocaduras. En la actualidad este problema derivado de la anoxia por descomposición del exceso de materia vegetal muerta se está experimentando en el centro de los océanos. Se están detectando superficies oceánicas de más de 500 Km que se están vaciando de oxígeno, dando lugar a lo que se conoce como zonas muertas, un problema que tiende a aumentar.
En relación al aumento exponencial de dióxido de carbono, que se aprecia año a año (en febrero de 2016 había 404,2 ppm y un año antes 400 ppm). El CO2 emitido por el uso de combustibles fósiles se queda en la atmósfera en un porcentaje de un 44%, que es el responsable del aumento del calentamiento global, incluido el calentamiento del océano que acumula el 90% del aumento de calor en el Planeta, que provoca que la temperatura esté aumentando 0,04 ºC por década, lo que justifica fenómenos como el deshielo, la subida del nivel del mar, el que aparezcan especies en nuestras aguas de aguas subtropicales y que desaparezcan otras.
Los bosques fijan el 30% del dióxido de carbono emitido y el 26% restante difunde al océano, que supone del orden de 900 toneladas por año, lo que genera otro impacto global que consiste en la acidificación, que afecta al desarrolla a los organismos con caparazones calcáreos, que se descalcifican al aumentar la acidez oceánica.
En base al modelo de crecimiento de las poblaciones en Ecología del que partió, defendió que este modelo de crecimiento no se está modificando sino que se está reforzando, y que el problema no para, con el problema añadido que el dióxido de carbono se queda en la atmósfera. Mostró un gráfico que mostraba que con el modelo actual se generan dos tipos de países: pobres con bajo impacto ambiental y ricos con elevado impacto ambiental. Por eso defendió la búsqueda de un nuevo modelo que permita que podamos conseguir bienestar con bajo impacto ecológico, como el nuevo modelo más acorde con lo que nos enseña la Ecología.
Apoyándose en este razonamiento opinó que el impacto real para la solución del problema de la Cumbre de Paris de diciembre de 2015 fue nulo. Calificó dicha cumbre como un auténtico maquillaje político, porque no tiene capacidad alguna para resolver el problema, y justificó esta conclusión en que el modelo que se aplicó fue un modelo del pasado, que es aquel que se basa en el crecimiento sin limitación alguna de recursos, que en Ecología es el único que permite el crecimiento exponencial.
Con esta argumentación ecológica sobre el crecimiento de la población humana cerró su argumentación concluyendo que desde el punto de visto ecológico solo es posible crecer cuando estamos lejos de los limites, lo que ahora no es viable a la especie humana, que desde el punto de vista ecológica se está acercando a los límites del crecimiento.
De esta forma dio paso a la intervención de su par de Simposio para que incorporar al simposio el análisis económico, al afirmar que nuestro modelo actual se basa en el crecimiento, y estamos tomando las medidas en base a ese modelo, no válido desde el punto vista ecológico para la actualidad.
Por eso el profesor Fernando Suárez partió en el análisis del problema desde el análisis de la Ecología de poblaciones analizando la gráfica del crecimiento de la población humana como se analiza en Ecología el crecimiento de una población en un ecosistema.
En ese análisis concluyó que en Ecología solo crecen así las plagas, para referirse a que en Ecología las poblaciones sólo crecen de forma exponencial cuando no hay limitación de recursos, y por eso ese crecimiento no puede mantenerse en el tiempo, o lo que es lo mismo, las poblaciones no pueden crecer infinitamente como lo hacen las funciones exponenciales. Ilustró la situación exponencial del crecimiento con la población con tres datos de población, la que había en el Descubrimiento de América, que se calculaba con quinientos millones de habitantes, otro dato que señaló fue la población de dos mil trescientos millones había en la Segunda guerra mundial hasta los actuales siete mil cien millones.
Para centrar más la argumentación de que el modelo que estamos siguiendo es un modelo que la Ecología no puede defender, se situó también en el crecimiento que se experimenta en el consumo per cápita. Este crecimiento también sigue el modelo exponencial, porque optamos por tecnologías de menor eficiencia, de más potencia energética e impacto ambiental; actuando con hábitos de consumo sin límites.
En base a estas dos tendencias de aumento de población exponencial de la población y del consumo per cápita justificó que la etapa actual esté llevando al Planeta a cambios en tiempos históricos como los alcanzados en los tiempos de escala geológica, motivo por lo que los geólogos denominan Antropoceno. Para reforzar esta conclusión, comparó diferentes gráficas del crecimiento de varios indicadores de consumo como PIB mundial, nº de embalses, vehículos a motor…, encontrando en todos los casos el mismo aumento exponencial que estaba siguiendo la población.
Entre estos indicadores se paró a continuación en los impactos que están teniendo en el cambio global en el océano, para llevar el análisis hacia los objetivos del simposio. En concreto se centró en el aumento exponencial de fertilizantes que está provocando la muerte por anoxia en grandes superficies oceánicas, y el aumento exponencial de emisiones de dióxido de carbono que sitúa al océano en el reto del cambio climático y en su acidificación.
En relación al uso de fertilizantes recordó que Fritz Haber y Carl Bosch desarrollaron el Proceso de Haber - Bosch, que es la síntesis catalítica del amoniaco a partir del dihidrógeno y el dinitrógeno atmosférico en condiciones de alta temperatura y presión. Esto permitió incorporar nitrógeno atmosférico a los vegetales a una velocidad muy elevada, lo que en la actualidad está llevando a un cambio global oceánico, extendiendo el problema de eutrofización que generó primeramente en las aguas continentales y que posteriormente llegó a las desembocaduras. En la actualidad este problema derivado de la anoxia por descomposición del exceso de materia vegetal muerta se está experimentando en el centro de los océanos. Se están detectando superficies oceánicas de más de 500 Km que se están vaciando de oxígeno, dando lugar a lo que se conoce como zonas muertas, un problema que tiende a aumentar.
En relación al aumento exponencial de dióxido de carbono, que se aprecia año a año (en febrero de 2016 había 404,2 ppm y un año antes 400 ppm). El CO2 emitido por el uso de combustibles fósiles se queda en la atmósfera en un porcentaje de un 44%, que es el responsable del aumento del calentamiento global, incluido el calentamiento del océano que acumula el 90% del aumento de calor en el Planeta, que provoca que la temperatura esté aumentando 0,04 ºC por década, lo que justifica fenómenos como el deshielo, la subida del nivel del mar, el que aparezcan especies en nuestras aguas de aguas subtropicales y que desaparezcan otras.
Los bosques fijan el 30% del dióxido de carbono emitido y el 26% restante difunde al océano, que supone del orden de 900 toneladas por año, lo que genera otro impacto global que consiste en la acidificación, que afecta al desarrolla a los organismos con caparazones calcáreos, que se descalcifican al aumentar la acidez oceánica.
En base al modelo de crecimiento de las poblaciones en Ecología del que partió, defendió que este modelo de crecimiento no se está modificando sino que se está reforzando, y que el problema no para, con el problema añadido que el dióxido de carbono se queda en la atmósfera. Mostró un gráfico que mostraba que con el modelo actual se generan dos tipos de países: pobres con bajo impacto ambiental y ricos con elevado impacto ambiental. Por eso defendió la búsqueda de un nuevo modelo que permita que podamos conseguir bienestar con bajo impacto ecológico, como el nuevo modelo más acorde con lo que nos enseña la Ecología.
Apoyándose en este razonamiento opinó que el impacto real para la solución del problema de la Cumbre de Paris de diciembre de 2015 fue nulo. Calificó dicha cumbre como un auténtico maquillaje político, porque no tiene capacidad alguna para resolver el problema, y justificó esta conclusión en que el modelo que se aplicó fue un modelo del pasado, que es aquel que se basa en el crecimiento sin limitación alguna de recursos, que en Ecología es el único que permite el crecimiento exponencial.
Con esta argumentación ecológica sobre el crecimiento de la población humana cerró su argumentación concluyendo que desde el punto de visto ecológico solo es posible crecer cuando estamos lejos de los limites, lo que ahora no es viable a la especie humana, que desde el punto de vista ecológica se está acercando a los límites del crecimiento.
De esta forma dio paso a la intervención de su par de Simposio para que incorporar al simposio el análisis económico, al afirmar que nuestro modelo actual se basa en el crecimiento, y estamos tomando las medidas en base a ese modelo, no válido desde el punto vista ecológico para la actualidad.
