A continuación pasó a abordar la formación de los océanos que se trata en el capítulo 3, entrando también en el contenido del capítulo 4, para referirse a la aparición de la vida, y su evolución asociada a los cambios de clima, bastante bien conocidos en los últimos 80 millones de años. Sobre la justificación del calentamiento global de la época de los dinosaurios, estableció paralelismos y diferencias con el calentamiento global, para situar la dimensión antrópica del calentamiento global actual.
En ese marco analizó nuestra participación en el calentamiento global actual, aplicando la escala histórica en la comparación de las extinciones de las civilizaciones anasazi, mayas y polinesios de la isla de Pascua, que se trata en el capítulo 5, con la situación actual. En esa comparación encontró similitudes que definen la situación actual: 1) estamos destruyendo nuestros recursos, 2) estamos construyendo una sociedad global con internet y con los viajes transoceánicos fáciles, de tal forma que nos situamos en un territorio que es todo el planeta, en él que provocamos impactos globales, 3) no tenemos a donde ir, porque el lugar más próximo al territorio global en el que vivimos, y estamos contaminando y dejando sin recursos, es Marte; que se encuentra a cien millones de kilómetros, con un viaje muy complicado.
Esos impactos del cambio climático sobre la hidrosfera, los situó a nivel de calentamiento de la atmósfera, de los océanos y de las aguas subterráneas; y también en el deshielo y en la subida del nivel del mar. Finalizó con la reflexión sobre como las consecuencias del deshielo del Ártico está fomentando una competencia por los recursos del petróleo y del gas; cuya explotación potencia más el cambio climático; haciendo referencia a la similitud de esta competencia por los recursos y deterioro ambiental, con el que les sucedió a las civilizaciones de los indios anasazi, de los mayas y de los polinesios de la isla de Pascua.