Empezó su intervención situando el rápido avance de la genética humana, teniendo en cuenta que hasta 1956 no conocíamos el número de cromosomas humanos. Sobre este número, hizo una analogía que recomendó para el uso en las aulas, dónde asimiló cada cromosoma con un libro escrito con 4 letras, relacionando el tamaño relativo del primero con la altura de una vivienda unifamiliar. Luego hizo hincapié en los rápidos avances de las posibilidades de aplicación para entender aspectos como las nuestra adaptación al medio, en especial en lo relativo a las variaciones climáticas y para resolver problemas médicos, con sus implicacións éticas.
Situó la importancia del Proyecto Genoma, con su desarrollo entre los años 1990 y 2002, impulsada por la administración de EEUU, posibilitada por la aparición de técnicas como la PCR, la robótica y la informática, así como el interés e implicación de la industria farmacéutica. De este modo caracterizó la secuenciación de los 3,3 millones de pares bases, de los que solo un 2% son codifícantes.
También se refirió a la importancia de las secuencias no recombinantes del ADN mitocondrial, como expresión de la línea materna y del genoma del cromosoma Y como equivalente del paterno. Dijo que la importancia de estas secuencias genómicas radicaba en que al no recombinar y heredarse uno por línea materna y otro por línea paterna, podía hacerse un seguimento de las mutaciones. Señaló también la importancia del seguimento de esta variabilidad expresada en las mutaciones y de la que tenemos ya muchas caracterizaciones con el descubrimiento de diferentes SNPs.
Insistió en que la variación es fuente de oportunidades de supervivencia y por tanto de evolución, por lo que cuantos más variantes tenga un individuo más posibilidades tiene de dar respuestas a cambios en el medio como puede ser el cambio climático, o de colonizar medios con características y climas diferentes. Ejemplificó esto sobre lo que significó la dispersión de los humanos hacia el norte y hacia el sur después de la última glaciación. En esta época fría la población de humanos de Europa tendió a concentrarse en el norte de la Península Ibérica, a dónde llegaba la corriente cálida del Golfo y en el norte de Italia. Al cambiar el clima, migraron hacia el norte y el sur, sobreviviendo aquellos individuos con más variabilidad genética que les permitirían una mayor adaptación al medio.
Destacó sobre esto la importancia de la información que aporta el estudio de la deriva génica, al poder saber cuándo una mutación se fija en forma de polimorfismo, sobre el que se fundamentan los estudios actuales basados en los SNPs. De este modo podemos conocer la expansión de la especie humana, pudiendo llegar a conocer el punto dónde se originó, en una zona muy próxima a la región de África de los Grandes Lagos hace unos 138.000 años, desde allí migraron hacia el norte, entrando en Europa hace unos 40.000 años y llegando a la Península al inicio de la última glaciación, entrando en Galicia hace unos 17.000 o 15.000 años. Desde aquí al final de la glaciación fueron hacia Irlanda. Para entender esta dispersión con el estudio de la deriva xénica, hay que suponer que zonas desérticas actuales estaban forestadas, por lo que hay que suponer cambios en el clima.
Otra ruta bien conocida con estos estudios y la extensión de los Bantus desde la zona centro occidental de África hacia el sur. Como civilización que tenía un dominio del hierro, fueron colonizadores agresivos que exterminaron a los pueblos por dónde pasaron. Se movieron por dos rutas, una occidental, en la que no se mezclaron con las poblaciones nativas, y por una oriental, en la que integraron alguna población nativa, pero solo femenina, pues la integración se refleja en el ADN mitocondrial (6%) pero no en el cromosoma Y (0,3 % de integración). Contó también como aplicaron este método para el estudio de las rutas de la esclavitud de África a América, que dejaron aclaradas.
Otro descubrimiento curioso de la aplicación de este método que explicó fue la aparición de la máxima densidad de aplotipo morisco en León. Además la segunda región en importancia fue Galicia, mientras que Andalucía registró los valores más bajos. La explicación la encontraron trabajando interdisciplinarmente con los historiadores. Explicaron esto a partir de la orden de Felipe II de expulsar a los moriscos en barcos hacia África. En las primeras expediciones se provocaron matanzas masivas. Esta información parece que se extendió entre la comunidad y muchos marcharon hacia el norte escapando de una muerte segura. El hecho de que en León haya más que en Galicia puede explicarse por cercanía al sur y también porque en León había una importante cultura mozárabe.
Sobre la importancia de la adaptación al medio, comentó también la importancia que este puede tener en la penetrancia de diversas enfermedades. Un ejemplo que puso sobre esto fue lo del cáncer de mama, de origen genético localizado en los genes CRA1 y CRA2. Sobre ella indicó el cambio de penetrancia de la generación de nuestras madres que era de un 75% a nuestra generación dónde ya alcanza una penetracia de un 98%, casi una manifestación segura de la enfermedad, como resultado del cambio de las circunstancias ambientales y formas de vida. También se refirió a la importancia de la base genética en las enfermedades ambientales como las asepsias, dónde hay individuos que por su información genética tienen una mortaldad de un 75% mientras que otros solo del 5%. Otro ejemplo que puso fue lo de la enfermedad de las vacas locas, que no suelo depende de la ingestión del prión, sino que además debe haber en las dos primeras posiciones de un codón de dos A que sólo tiene 1/3 de la población. Los 2/3 restantes pueden comer prión puro que nunca manifestarán la enfermedad.
En definitiva un documental muy útil para conseguir una amplia visión de la importancia de las aplicaciones de la genómica en el mundo contemporáneo entre las que se pueden destacar el esclarecimiento de la importancia de los cambios climáticos en la evolución de la especie humana, así como para prever las claves de la importancia que va a tener este campo de estudio para afrontar la influencia del cambio climático sobre la penetración de las enfermedades, permitiéndonos adelantarnos en el estudio de adaptaciones.