Todo lo que conocemos sobre el cambio climático se apoya en un conjunto de métodos que en muchos casos se proyectan hacia atrás en el tiempo porque el estudio del pasado nos puede dar las llaves para conocer el futuro. Así aparecen los métodos instrumentales (muy fiables aunque también pueden tener errores como los derivados de la calibración de los instrumentos) y los métodos proxy (dendrocronología, relación isotópicas, etc.). Una vez que tenemos recopilados los datos provenientes de los métodos anteriores los utilizamos para generar modelos predictivos. Los modelos deterministas son modelos globales y para discriminar dentro de territorios más concretos se ponen en marcha los modelos downscaling que descomponen en células de menor tamaño (50x50 km) los modelos globales.
Los conocimientos sobre la dinámica de la atmósfera que nos permiten poner a funcionar estos modelos son relativamente recientes, 10 o 20 años. En los años 70 se discutía la temperatura, precipitación y la influencia del CO2. En 1990 el primer informe del IPCC comienza a hablar ya del papel del océano como alcantarilla de CO2. En el último informe AIRE4 del 2007, la complejidad del estudio es mucho mayor.
Los modelos para nos aporten informaciones fiables tenemos que calibrarlos. Una forma es correrlos hacia atrás y ver como funcionan. Hoy por hoy utilizara el promedio de estos modelos para las proyecciones. Se aplica el método cosmológico donde la medida que las hipótesis van convergiendo y teniendo coherencia científica nos van dando garantías del funcionamiento del modelo.
Los datos parecen indicar que no son esperables grandes cambios en el clima en relación con las variaciones en la radiación solar que son valores realmente pequeños en torno al 5%. Los cambios en esta radiación son bien conocidos y están relacionados con la excentricidad de la orbita, la precesión y la inclinación del eje de la Terra, además de las manchas solares.
Las últimas glaciacións ocurriron hace 2,5 millones de años coincidiendo con el cierre del canal de Panamá. La medida que el casquete de hielo fue creciendo se produjo un aumento del albedo y por lo tanto la radiación solar deja de entrar en la tierra aumentando el arrefriamento. Por el análisis de las burbujas de aire se ve que en las épocas frías hay una merma del CO2.
En relación con las glaciaciones están los cambios climáticos abruptos que pueden suponer incrementos de 4 o 5 grados hasta diferencias de 8 grados en 40 o 100 años. El último hace 8000 años que se produjo a causa del derretimento de un gran lago de deshielo situado en la zona de Canadá que vertió sus aguas al Atlántico generando el cambio en las corrientes marinas que afectaron a la distribución del calor en el globo. En Galicia este evento te tiene registrado en los análisis del polen.
En los últimos 1000 años exiten dos alteraciones reseñables del clima, el Excelente Medieval y La Pequeña Edad de Hielo. Se discute que el Excelente Medieval puede ser un periodo cálido que sólo afectó a Inglaterra, Alemania, Francia, y por lo tanto no tiene un carácter global.
Si comparamos los datos de las gráficas de temperatura obtenidas por métodos instrumentales de los dos hemisferios, vemos como son similares lo que indica la globalidad del problema.
En Galicia los datos también indican el aumento de las temperaturas. La precipitación de primavera tiene una tendencia a la merma otoños serán de más precipitaciones.
El primer científico que comenzó a hablar del efecto invernadero fue Tydall en el 1862 quien se enteró que tanto el CO2 como el CH4 eran gases opacos a los "rayos de calor". Una fecha importante es la creación en 1958 del Observatorio de Mauna Loa en Hawaii cuyos datos son la referencia mundial del incremento global de CO2.
El papel de los aerosoles como enfriadores de la atmósfera quedó muy patente en los años 50 a los 70. Estos aerosoles eran debidos a la contaminación en la atmósfera.
El sistema climático y un sistema complejo que depende de diferentes interaciones de la atmósfera con el océano, hielo, ecosistemas terrestres etc. El efecto alcantarilla de los ecositemas terrestres y marinos tiene unos límites y puede que en algún momento puede llegar a estabilizarse o incluso a revertir el proceso es decir convertirse en emisores.
Tenemos evidencias de cambios en algunas especies como por ejemplo en la vid. En los últimos 30 años se adelanta entre 15 y 18 días la vendimia siendo esta una tendencia significativa. Otro ejemplo es la llegada de la golondrina que se produce 15 días antes y la partida se retrasa 14 días.
Todas estos efectos del cambio climático se integran en los mapas de vulnerabilidad. Además reflejan la capacidad de resilencia de los paises más afectados, es decir, la capacidad que tienen de responder a estos problemas que dependerá de la economía del pais, de los recursos humanos y del ambiente.