Según las premisas del modelo estandar, de no existir el campo de Higgs todas las partículas deberían viajar a la velocidad de la luz y además no tendrían masa, pero sabemos que esto no se cumple. Por eso los físicos del LHC están seguros de que la partícula existe y uno de los experimentos está encaminado a su detección.
El LHC está enterrado unos 100 metros bajo la superficie, entre la frontera de Francia y Suiza, aunque casi toda la instalación se encuentra en territorio francés. Con la analogía del funcionamiento de un televisor de tubo, el ponente nos acerca al funcionamiento del acelerador de partículas. En el televisor los electrones se aceleran con 20.000 voltios y en el LHC los protones son acelerados con 7 billones de voltios. El cometido es que colisionen entre sí para después recoger los datos y procesarlos. Las primeras detecciones de colisiones, se produjeron el 6 de diciembre de 2009 en el experimento ATLAS. Con estas colisiones se busca reproducir las energías conseguidas en el comienzo de la historia del Universo (Experimento ALICE).
Una aplicación de la física de partículas en medicina, es la Protonterapia (Hadronterapia) que acelera protones a pequeña escala con la energía justa haciéndolos llegar a las células cancerígenas.
Un dato interesante es que el CERN de Ginebra es la cuna de la www que ya es parte importante de nuestra sociedad. No obstante el enorme volumen de datos engendrados en el CERN obligaron a la creación de la GRID con aplicaciones en multitud de campos (nanotecnología, bioinformática, medicina ...).
Ramón Cid termina su intervención haciendo una incursión en la problemática de la cultura científica en los medios de comunicación y acercándonos a las científicas gallegas que actualmente están desarrollando su labor investigadora en el CERN.