conferencia que Ignacio de Loyola Hierro desarrolló en las jornadas
correspondientes a la Unidad 2 de Climántica, "Si calentamos quemamos".
Este profesor coordina la cátedra de Desarrollo Sostenible de la
Universidad de Comillas y también imparte clases en la Universidad
Complutense de Madrid. Entre las dimensiones no universitarias
relacionadas con la conferencia, destaca sus responsabilidades en la
Elaboración del Informe Anual del Observatorio de la Sostenibilidad y
del Informe de la Situación Energética de España en el marco del cambio
climático del Ministerio de Medio Ambiente, Agricultura y Medio Marino,
tema central de su conferencia. Se dispone de la presentación en el subapartado materiales de cursos del apartado de Biblioteca.
Empezó relacionando la energía con el nivel de
desarrollo, señalando
que aun no estando la energía en los objetivos para el milenio de la
ONU,
este organismo reconoce que para que este desarrollo se produzca es
necesario un cierto nivel energético.
Sin embargo insistió en que esto no puede ser un argumento para
justificar el sobre consumo actual, que es lo que nos llevó a que el
consumo energético de origen fósil en los últimos 200 años nos había
puesto al borde del agotamiento. Indicó también que este tipo de
combustibles
suponen más del 80% del consumo energético actual.
Destacó además que 1/3 de la humanidad no dispone de este tipo de
energía y
tiene que recurrir a quemar leña.
En relación a este abuso de la energía de los combustibles fósiles
auguró una duración del orden de 40 años para el petróleo, de 61 años para el gas natural y de unos 204 años para el
carbón,
teniendo presente la tecnología que hoy conocemos. Pero aquí puso el
acento también en los cambios que están experimentando en el consumo
las economías emergentes, destacando países
como China que en 1983
tenía un consumo del orden del 6% y en la actualidad ya supera el
20%.
Explicó que estes elevados niveles de consumo de combustible fósiles
son la causa de que pasáramos de un nivel de CO2 en la
atmósfera de 280 ppm antes de 1800 hasta los actuales
niveles
comprendidos entre 380-400 ppm, sobre los que el IPCC establece una
correlación directa entre aumento de emisiones y aumento de
temperatura. Expuso que en los próximos 100 años, de seguir
la situación actual se mantenga, el IPCC prevé que se dupliquen estos
niveles y eso implicará del orden de 3ºC de aumento de temperatura
global que en el caso de España, puede suponer el aumento de unos 7º
C.
Situado así el escenario del cambio climático, abordó la situación de
superación del limite de crecimiento que hemos establecido segun el
Protocolo de Kioto, que nos permite un crecimiento anual de emisiones
en el período 2008-20012 no superior al 15%, cuándo hemos superado el
50%, con tendencia progresiva en ascenso desde que firmamos el
Protocolo, con una única disminución hasta ahora en el año 2006,
pero que atribuyó a una serie de condiciones atípicas favorecedoras de
la disminución del consumo y que coincidieron a lo largo del año:
verano
no muy cálido, invierno no frío y mucha pluviosidade anual. Señaló
también que tenemos que ser mucho más ambiciosos en el nuevo protocolo,
pasando de la reducción del 5% actual global puesta como objetivo a
una reducción de más del 80%.
También indicó la situación atípica de España con una tendencia a
aumentar la intensidad energética (consumo de energía/PIB) cuándo los
países de la Unión Europea están disminuyendo esa intensidad energética.
Dijo que esto significaba que nuestra economía se
sustenía más en el hormigón y estaba a potenciar el aumento por
emisiones difusas en la movilidad, cuándo en otros países de nuestro
entorno estaban a potenciar otras modalidades de movilidad. Destacó
también el papel del abuso de la electricidad, que segun expresó
se ve favorecida por el bajo coste, lo que justificó con el dato
de que una familia de 4 miembros está a pagar una media de 1,3€/día en el recibo eléctrico.
Esta situación la relacionó también con nuestra dependencia energética
exterior, presentando la situación aun más preocupante, pues indicó que
esta estaba reconocida oficialmente en un 80% pero indicó que el dato
no era real, dado que se consideraba que no teníamos dependencia de
la energía nuclear, porque se partía del supuesto de que nuestras centrales nucleares nos abastecen,
pero sin embargo dijo que todo el uranio lo estábamos importando de Francia,
porque tenemos el nuestro
agotado. Segun esta argumentación concluyó que la dependencia real es
del 90%.
A pesar de concluir de esta forma la situación no sostenible del uso de
la
energía, finalizó su intervención haciendo un llamamiento al optimismo
por cuanto que previno una amplia capacidad de respuesta sobre campos
como el ahorro y la eficiencia energética, la
extensión del uso de renovables, la captura y almacenamento del
CO2, la educación
energética, el control de precios, la posibilidad de elegir valles de
consumo para determinados usos, las posibilidades del hidrógeno como
vector que ocupe el lugar de los carburantes derivados del petróleo,
etc.